diecinueve

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Las personas permanecen donde tu propia mente las sitúa, aunque desgastadas avancen a través del ruidoso mundo que las envuelve.
Ruido.
Las guardas en los bolsillos temerosa de que puedan colarse por algún agujero y caer al suelo embarrado de mediocridad. Si esto que narro sucede, las habrás perdido para siempre. No obstante, te aconsejo perserveres sin rencor, valiente, solidario, solitario.
Nada sucede.


Todo lo sabes y todo lo preguntas, me han dicho. Sé que aquí hace tanto frío como allá, pero que ellos son más silenciosos y la luna nunca deja de menguar.
Salvo cuarto creciente.


Por mi parte, nada más. La desazón hace que los pies pesen aún queriendo continuar. Sobre mi espalda la ligereza absurda de las bromas pesadas, lo monótono de la innovación.
A parte de todo esto, algo he de confesar sin oraciones de por medio.
Tú no lo sabes todavía, pero
hace un año que te echo de menos.

2 comentarios:

bajo las sábanas dijo...

y yo que me preguntaba quien eras
y oh
eres tú
:)
(con el tiempo y de lejos uno ve las cosas de otra forma y es capaz de escribir sobre ellas, algo parecido escribió Isabel Allende y decidí tomar ejemplo de ella y esperar para escribir sobre algunas cosas)

eme dijo...

Terriblemente real la última frase.
Quiero perderme en el verde de la foto.