e oito

Image Hosted by ImageShack.us


Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us





*

*o de cómo la madurez es un rango

Es tan sencillo y tan complejo como abrir la mano para dejar que caiga la arena. Más de once músculos que se ponen en marcha dando libertad a cada uno de esos minúsculos granitos (véase extensor corto del pulgar)
La sangre de nuevo fluye hacia las piernas, el perdón nos glorifica y hace hombres.
Aterroriza pensar que nuestra arena pasará a formar parte de la inmensa playa; que posiblemente nunca volvamos a encontrarla, a retenerla, a gozar de su presencia sobre nuestra epidermis. Como una aguja en un pajar. Tan sólo el azaroso azar puede lograrlo.
Y te levantas pisoteando tus propias cenizas. Resurgiendo el fénix de una manzana pecaminosa (véase también interóseos palmares).
Lo único que te queda es esperar que tus huellas dejen una marca imborrable; tatuajes sobre la piel de esa misma arena que un buen día perteneció a nadie al cuadrado.
Besas sus pezones erectos, su erección fastuosa, sus libros enrevesados sobre las musarañas que tenían sueños eróticos. Y te alejas cantando un son que ni tú ni nadie comprende (véase también músculo lumbrical de la mano)


*una canción para la Magdalena

y siete

Image Hosted by ImageShack.us

Mi abuelo se murió porque no soportaba andar de hospital en hospital sin hallar solución alguna. Se murió buscando la vitalidad que había perdido con la invasión. Se murió, supongo, porque le corroía por dentro no poder llevar a sus nietos a comprar gominolas y helados a la taberna de la aldea, como hizo conmigo y con María y con Xosé y con Judas, Satanás y Lucifer. Se murió porque los pájaros grandes y negros que visten como los curas se comían sus cerezas y él no podía hacer nada por evitarlo. Se murió porque se lo pidió la vida. Se murió porque ya no era capaz de traerme surtido cuétara cada vez que pasaba por casa. Se murió porque fue un hombre criado entre mujeres y amaba a mi abuela como nadie ha sabido amar nunca. Se murió porque ya no había monedas de quinientas pesetas para que fuésemos al cine. Se murió porque ya no olía a virutas de castaño y varón dandy. Se murió porque le envolvió la madera a la que había acariciado con tesón y confianza durante casi medio siglo más un cuarto. Se murió porque no había cuchillas en la Mouteira. Se murió porque los hijos del mayor ya habíamos heredado sus labios. Se murió porque supuso que todo el mundo tiene que morirse y él eligió hacerlo cuando aún se podía reír. Se murió hace ya mucho tiempo pero realmente no hace ni una vida. Se murió por los pulmones porque no le dejaron morirse por exceso de bondad.


*del 17/05/08

y seis

y cinco, evidentes

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us



Creo evidentes verdades universales tonterías absolutas como que el mejor disco de Joaquín Sabina sea "Nos sobran los motivos" o que es genial cuando la tensión sexual alcanza puntos en los que se podría cortar con una cuchara.
Platón no formuló ningún pensamiento sobre las témperas de colores pero yo me las creo igualmente, sobre todo y principalmente porque desde donde estoy sentada os veo a todos como pequeñas hormiguitas. Diminutos.
Cierto es también que una persona como yo adora a los culos inquietos que quieren cambiar el mundo sin ser utópicos ni indiscretos. Como el chico de hoy. Sin embargo el viernes es posible que me levante de la mesa con la excusa de una llamada ficticia de teléfono, si el jovencito estúpido cree saber más de lo que conoce. He aquí mis ideas preconcebidas.
No me juzgues por ser tan crédula.
Pero es que hoy me han dicho algo tan bonito que quiero ser un lápiz bien bien afilado que funde familias de labios preciosos.
A saber;

-tía, me he enamorado en tercera persona
-¿en tercera persona?
-sí, le quiero para tí





*el sexo lo captó Nan Goldin

treinta y algunos

Image Hosted by ImageShack.us

(Liverpool, 9 de octubre de 1940 - Nueva York, 8 de diciembre de 1989)