y tres

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Lo ha vuelto a lograr, joder. Lo ha vuelto a lograr.

y dos

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El chico que conmigo posa encantado, emplumado y coloreado quiere que un cachalote descanse sobre la cara interna de su muslo. A mí me parece muy bien porque un cetáceo es siempre mejor que un elefante con mano-plumero. En mi caso, si me atreviese, sería un enorme buda sobre las costillas. Que doliese al respirar.

En fin.

Que hoy tenía muchas ganas de hablar con esta mi alma gemela. Mi media langosta. Mi naranja feliz. Porque entre clase y clase y amor y amor no tenemos ni un respirito que concedernos mútuamente. Pero las noches son de los que no duermen, y estoy segurísima de que el tiempo volverá a juntarnos sea en un sitio vulgar o en el lugar de siempre.

Quiero Gran Vía contigo, cari.


*joder, cuánto te quiero

y uno

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Antes de nada advierto que este será uno de esos textos sin sentido real ni aparente en los que me dedico a hablar de modo entrecortado de lo que pretende ser mi vida.
Aclarar también que las fotos son de una de mis mejores amigas. Marinerita emeteorita. Sólo ella podría captar los lenguetazos de un chucho con tanto arte.
Amigos artistas los de mi secta; también conocida como casa de locos. A ver cuándo puedo madrilear con ellos one more time, porque aunque ahora estoy de semana sabática, quedan tan sólo algunas horas para comenzar oficialmente este nuevo año.
Estoy empezando este curso con un cincuenta cincuenta, muchas ganas y excesiva paz. Esto me lleva al reposo de escribir tonterías e intentar dibujar más tonterías aún. Aunque también podríamos llamarle "el cuadro raro y en exceso colorista que he pintado para el veintiuatro aniversario de mis santos padres".
Hablando de padres. Hoy han estado en casa los de la que será mi futura compañera de piso y he estado hablando largo y tendido con la figura paterna de la muchacha en cuestión. Hablábamos de fotografía en general y de una Nikon analógica con el fotómetro asfixiado en particular. Luego, casi rozando las nueve de la noche, he descubierto un blog genial con fotografías hermosísimas de mujeres tiernamente imperfectas. Aquellas son unas imágenes de luz casi perfecta en la mayoría de los casos. Hay una de una chica posando desnuda con un conejo despellejado que ha llamado fuertemente mi atención.
Adoro la fotografía y no entiendo a las personas a las que no les dice nada la fotografía. Dios santo, ¿nisiquiera notan ni un ligero escalofrío al ver las fotos de Anne Leibovitz? Imposible.
A lo que iba.
También alrededor de esa hora se ha puesto a coquetear descaradamente conmigo un muchacho que conozco vaya usted a saber por qué. He cerrado rápidamente la conversación porque se expresaba con monosílabos y me ponía extremadamente nerviosa no saber de qué hablar. Además, no soporto la sustitución de "que" por "k" ni el "molt bé, molt bé" transformado en "mbmb". Imbécil. Siempre me ha caído mal porque creo que tiene un encefalograma comparable al de un gusano de seda. Pero hoy más.
Y aunque eso que acabo de escribir suene despiadado y cruel, me da igual. Suelo ser borde cuando estoy feliz, y soy feliz siempre.
Bueno, no siempre. Ayer por ejemplo descubrimos que nuestro pez, Humberto Madrid, había fallecido. Cristina iba a limpiarle la pecera cuando dijo que estaba muy rezagado, que parecía como muerto. Yo le miré seriamente y dije "claro, parece que está como muerto porque está muerto de verdad".
Desconocemos la causa pero nos consolamos con las típicas frases de "no somos nadie", "le había llegado su día" o "cinco meses son mucho para un pez de colores, deberíamos estar contentos por haber logrado que viviese tanto". De modo que ahora le tenemos congelado, al estilo Walt Disney, esperando un momento adecuado para darle sepultura en alguna de las macetas del piso. Hemos decidido volver a poner en el mercado su apartamento-pecera, dado que no es un buen momento para el sector inmoviliario. En breves llegará su nuevo inquilino, de nombre Pantocrator Artiach.
Pobre Hum.
Una oración por su acuática alma.
Y volviendo al mar.
Marina.
La chica de las fotos.
Qué genial ha sido coincidir con ella en esta vida.
Eme agarra un puñado de luz y hace con ella arte.
La chica que me enseñó a ver películas en versión original subtitulada. (Así de culturetas y bohemias que somos)



*visítenla: http://www.flickr.com/asiledefous

trEinta

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Estoy segurísima que lo del pecado capital es una vulgar patraña.

Eva y su noviete acababan de echar un polvo y en lugar del cigarrito de después a él -que era un chico muy sano- le apetecía una fruta. Haciendo gala del enfervorecido machismo que reinaba por aquel entonces en el jardín del Edén ordenó a su querida esposa (¿esposa?) que fuese a por tan preciado fruto al árbol más cercano.
Lo que pasó entonces es que Eva escupió en la manzana que Adán iba a comerse, en un bíblico alarde de feminismo incontenido. Cuando él escubrió el escupitajo se puso furioso y a causa de eso tuvieron su primera discusión. Las consecuencias abismales son una exageración de Dios acerca de lo que aquel rojo (¿rojo?) fruto trajo realmente consigo. Llamamos pues "horribles consecuencias" a platos volando por encima de las cabezas, gritos y chillidos, sapos y culebras. Adán -aka "el exagerado"- llenó una maleta con todas las hojas de parra de su amante vengativa y la puso de patitas en la calle. De ahí la expulsión del Edén.
Sin embargo, terminaron reconciliándose y finalizaron la discusión de la misma forma en que la habían comenzado. Follando como los seres primitivos que realmente eran. Hechos de barro y costillas.
La frase "polvo eres y en polvo te convertirás" no viene a decir más que eso.



*ya tengo libreta nueva para dibujar y dibujar


veintinueve

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Ha sido un día bastante largo porque aunque odio madrugar me he levantado temprano para la cardiología y ya son casi las cuatro de la madrugada. Sin embargo hemos pasado un muy buen rato en la sala de estudios, descansando cuando faltaban diez minutos para la hora en punto. Creo que todavía me sabe la boca a café y tabaco liado. A y diez cierran la puerta y ya te quedas atrapado, ni entrar ni salir puedes, aunque la conserje parecía hoy de buen humor. Además se está bien ahora en la calle, la temperatura ideal para ir de manga corta y que el vello de los antebrazos se te encrespe una miqueteta. Es que por la mañana era exagerada la temperatura, no sé como aquí pueden soportar tantos grados simultáneos. En Galicia solemos repartirlos y ni los inviernos son tan fríos ni los veranos tan sudo-la-gota-gorda y caen-los-pájaros-del-cielo. Tal vez sea por eso que estoy deseando que llegue el invierno, para poder ponerme guantes y bufandas (sobre todo bufandas). Aunque bien es cierto que no soporto esos momentos en los que el aire está muy frío pero tú caminas rápido o tienes que correr un rato, y no te has vestido esa mañana pensando en que ibas a caminar rápido o a tener que correr un rato. Porque llegas tarde a clase. Entonces te das cuenta de que vas demasiado abrigado, y un sudor finito cubre tu espalda. Y sobre tí toda esa lana que llevas encima, y el abrigo de paño, y los guantes. Y la bufanda. Pica.
En fin. El caso es que, regresando ya a Shangai, Cristina y yo hemos hablado de lo raro que se nos hace conocer a gente con la que llevamos llendo a clase dos años (este será el tercero). Porque jamás piensas que puedes tener algo en común con ellos, salvo la médica vocación y el horror por la embriología básica. Justo lo que yo estudiaba esta noche. Una ha estado en la India y la otra no hace más que planear escapadas de fin de semana "rollo mochilero". Además estamos todas en Lleida pero ninguna es de aquí. Lleida.
Me gusta esta ciudad aunque huela raro y nunca se vean las estrellas. No tiene el cielo naranja de Madrid ni crece hierba sin sembrarla como en mi tierra. Sin embargo esta es la urbe que me ofrece lo que parece será un buen año buscando a Billy con mi futuro marido; copia sexy alicantina de un jpg que va en bicicleta.
Ya te enseñaré una foto un día que pueda.



veintiocho con agyness

veintisiete premiado

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Lo ha hecho ella desde su república azul azulejo, y yo me he puesto tan contenta que podría dibujar el alfabeto entero con los dedos de los pies.
Mi primer premio blog.
Y ahora me veo obligada a contar siete (¿siete?) cosas sobre mí y a premiar a otros siete en virtual cadena de favores.
Allá vamos, pues.

- Me considero a mí misma una persona inteligente. Una persona inteligente que odia las botas de cow boy
- Siempre he querido ser cocinera.
- Adoro el cine. Adoro a Tim Burton, Woody Allen y Quentin Tarantino. Mi película favorita de todas las películas favoritas es Annie Hall.
- Bromeo diciendo que estoy viviendo una adolescencia tardía. Tengo una efervescente rebeldía y dos piercings que lo corroboran.
- Jamás sé responder cuando me preguntan qué tipo de música me gusta escuchar. Sólo sé que ahora mismo estoy escuchando a Johnny Cash (Drink to me).
- Poca gente sabe que tengo un lunar justo en el borde del párpado inferior del ojo derecho. Tengo un montón de lunares por todo el cuerpo y cada cierto tiempo aparece uno nuevo. Pero ese en concreto siempre está bajo una correcta línea de lápiz de ojos negro.
- No me gustan los niños porque odio saber que algún día serán adolescentes.


Ahora lanzo la pelota a:



Sean educados y háganlo.
No todos los días se recibe un premio

veintiseis (o cómo citar textualmente un libro)

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Uno aprende todo esto en Reconocimiento Físico, en el segundo año de medicina. Uno aprende todo esto y no hay vuelta atrás.
Ojos que no veían, corazón que no sentía.
Un hematoma quiere decir cirrosis hepática. Un eructo quiere decir cáncer colorrectal o cáncer de esófago o por lo menos una úlcera péptica.
La brisa al soplar parece que susurra carcinoma escamoso.
Los pájaros en los árboles parece que pían histoplasmosis.
A toda la gente que ves desnuda los ves como pacientes. Una bailarina puede tener unos ojos claros y preciosos y unos pezones oscuros y duros, pero si le huele el aliento tiene leucemia. Una bailarina puede tener un pelo tupido, largo y limpio, pero si se rasca el cuero cabelludo es que tiene linfoma de Hodgkin.
Página a página, Denny llena su bloc de estudios del natural de mujeres hermosas y sonrientes, mujeres esbeltas que le lanzan besos, mujeres con la cara inclinada hacia abajo y los ojos mirando hacia arriba en dirección a él a través de una cascada de cabello.
- Perder el sentido del gusto - le digo a Denny - quiere decir cánceres orales.
Y sin mirarme, observando alternativamente su dibujo y a la nueva bailarina, Denny dice:
- Tío, entonces tú hace tiempo que tienes los cánceres esos.



*Asfixia, Chuck Palahniuk

*Richard Avedon