veintinueve

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Ha sido un día bastante largo porque aunque odio madrugar me he levantado temprano para la cardiología y ya son casi las cuatro de la madrugada. Sin embargo hemos pasado un muy buen rato en la sala de estudios, descansando cuando faltaban diez minutos para la hora en punto. Creo que todavía me sabe la boca a café y tabaco liado. A y diez cierran la puerta y ya te quedas atrapado, ni entrar ni salir puedes, aunque la conserje parecía hoy de buen humor. Además se está bien ahora en la calle, la temperatura ideal para ir de manga corta y que el vello de los antebrazos se te encrespe una miqueteta. Es que por la mañana era exagerada la temperatura, no sé como aquí pueden soportar tantos grados simultáneos. En Galicia solemos repartirlos y ni los inviernos son tan fríos ni los veranos tan sudo-la-gota-gorda y caen-los-pájaros-del-cielo. Tal vez sea por eso que estoy deseando que llegue el invierno, para poder ponerme guantes y bufandas (sobre todo bufandas). Aunque bien es cierto que no soporto esos momentos en los que el aire está muy frío pero tú caminas rápido o tienes que correr un rato, y no te has vestido esa mañana pensando en que ibas a caminar rápido o a tener que correr un rato. Porque llegas tarde a clase. Entonces te das cuenta de que vas demasiado abrigado, y un sudor finito cubre tu espalda. Y sobre tí toda esa lana que llevas encima, y el abrigo de paño, y los guantes. Y la bufanda. Pica.
En fin. El caso es que, regresando ya a Shangai, Cristina y yo hemos hablado de lo raro que se nos hace conocer a gente con la que llevamos llendo a clase dos años (este será el tercero). Porque jamás piensas que puedes tener algo en común con ellos, salvo la médica vocación y el horror por la embriología básica. Justo lo que yo estudiaba esta noche. Una ha estado en la India y la otra no hace más que planear escapadas de fin de semana "rollo mochilero". Además estamos todas en Lleida pero ninguna es de aquí. Lleida.
Me gusta esta ciudad aunque huela raro y nunca se vean las estrellas. No tiene el cielo naranja de Madrid ni crece hierba sin sembrarla como en mi tierra. Sin embargo esta es la urbe que me ofrece lo que parece será un buen año buscando a Billy con mi futuro marido; copia sexy alicantina de un jpg que va en bicicleta.
Ya te enseñaré una foto un día que pueda.



5 comentarios:

Borde dijo...

He estado repasando tu blog, parece que te gusta el impresionismo y los peces. Y más cosas, claro.

Por lo de "miqueteta": en Lleida se habla muy parecido a como lo hacen en mi tierra (bueno, aquí nos quedamos en "miqueta"), se supone que debería saberlo pero cada ver que oigo a alguien de allí hablar catalán tengo la impresión de estar en otro sitio. En Barcelona no es lo mismo, claro. Ni en Girona.

Ahora mismo, mi acuario, después de los estragos del verano, es lo más parecido a un campo de concentración nazi. Han muerto muchos peces, se jodió la pantalla y las plantas están hechas polvo... he hecho lo que he podido, tengo seis supervivientes. De los originales que compré hace tres años sólo quedan tres peces. Voy a esperar una semana a ver si resisten el cambio de agua (estaba el tanque medio vacío, ha habido mucha evaporación durante el mes largo que estuvimos fuera). En la tienda de peces me consuelan explicándome que es normal, en septiembre tienen muchos clientes apesadumbrados por lo que se han encontrado en casa a pesar de poner todos los chismes automáticos para mantener luz diurna, temperatura y alimentos. Pero me siento mal cuando veo que han desaparecido dos neones y dos cebritas (los cadáveres devorados por los otros peces) y la que queda tiene las aletas plegadas y una sospechosa mancha negra en el costado (hongos, probablemente). Joder.

A todo esto, igual no te interesan los peces.

Tenochtitlán dijo...

señor Borde.
Me encantan los peces.
Ahora mismo tengo uno que se llama Humberto Madrid, que es el pez coqueto que posa para las fotos que usted mismo habrá podido observar en alguna de mis entradas. El blancucho con cabezota naranja.
En mi casa gallega tengo un enorme acuario. Siempre estaba lleno de guppys, que son mis favoritos porque crían fácilmente y tienen unas hermosísimas colas como de pintura impresionista (efectivamente, también me encanta el impresionismo). Pero además de ellos siempre tenemos uno de estos peces limpiafondos.
La cuestión es que hace unos meses cambié el acuario porque todos los peces habían terminado por morirse y el agua llevaba mucho tiempo ahí, sin termostato ni filtro ni nada.
Cuál fue mi sorpresa al descubrir que el limpiafondos había sobrevivido todo aquel tiempo sin comida ni ningún tipo de bienestar.
Ahora vive con un pez ángel y varios más cuyas especies desconozco. Le llamamos Murciélago, el pez chabolista.

Gracias, por cierto, por haber ojeado mi blog.



Ana.



PD: Neones, son preciosos. A mi madre le encantan

Tenochtitlán dijo...

este
este es mi humberto

http://elerrordelapaloma.blogspot.com/2009/05/diecisiete.html


Y, por cierto, justo hoy acabo de comprarme unos sea monkeys
estoy emocionadísima aunque sé que no son peces
pero bueno

Borde dijo...

No hay por qué dar las gracias por ojear su blog. Ha sido un placer. Por cierto, mis tres supervivientes originales son coridoras, o limpiafondos, como usted dice (no sé si tutearle o hablarle de usted, como habrá podido comprobar).

Tenochtitlán dijo...

tuteémonos
siempre he hablado a todo el mundo blog de usted, por el simple chiste
me hace ilusión tener a alguien a quién tutear