seis

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us




Olfateó cada rincón de su cuerpo decrépito como intentando recordar algún tiempo pasado de sexualidad desinhibida. Lamió todos y cada uno de sus dedos, estupefacta ante un sabor de vejez congénita. Estrujó con rabia sus pechos abandonados por la salud y el delirio, retorció cruelmente los pezones secos. Dirigióse ásperamente hasta sus genitales olvidados y los hizo revivir por un momento en el orgasmo infinito de sus lágrimas. Se corrió vieja y roída.
Cuando la policía encontró el cadáver sólo quedaban de ella las pestañas postizas, el rojo prostitución de sus labios disfrazados y una nota que rezaba "den de comer a mi gato".

3 comentarios:

M.Hausmann dijo...

ay madre, q arrebatador...

DEMONIO dijo...

Es lo mas profendo que he leído hasta ahora en un blog.
Espero que sigas escribiendo cosas tan inspiradoras y hermosas como esta ya que llenaron mi centro de fascinación.

eme dijo...

Siempre acabamos encontrándonos.