cuatro y dos

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Una vez, en casa de un amigo, jugamos a la Jenga. Este juego consiste en ir retirando uno a uno los ortoedros de madera que conforman una enorme torre. Se retira suavemente uno de los bloques, conteniendo la respiración para que todo el conjunto no se derrumbe.
Ahora pienso en este juego y me parece terroríficamente simbólico. Yo, por supuesto, soy la columna firme y segura que aparentemente no tiene ninguna grieta. Pero de vez en cuando alguien retira uno de mis sólidos componentes. El pulso se acelera, las arterias se contraen, la sangre recorre mis sienes. Es posible que me caiga, pienso. Y, aunque de momento no he llegado a tocar tierra, algo en mí tiembla.

De todos modos, he decidido que si de repente presiento que voy a desmoronarme me enfadaré con el mundo y con todas las cosas bonitas, contendré la respiración y moriré azulada en un acto heroico de sinceridad fingida.




*Jackson Pollock

4 comentarios:

. dijo...

Todos tenemos grietas, Señora.

En cualquier caso, estoy seguro de que usted nunca, nunca, llegará al suelo.

Y si se produjera la desgracia, ay, si se produjera, sin duda las frías baldosas soleras tornarían en mullido lecho de flores [probablemente de color violeta] que la acogerían un segundo para luego lanzarla de nuevo al espacio. A recomponer su miríada de ortoedros.

Porque no hay grieta que con usted pueda, ¿o es que no ve que todas las cosas del mundo se confabulan para lograr su bienestar?. Y las que no, es porque son una mierda.


Perfetos Saludos.

. dijo...

Digo Perfectos.

Anónimo dijo...

Tus letras salen de una grieta en los ojos... o en el alma. Me ha encantado tu post.

Tenochtitlán dijo...

mi queridísimo y (re)resucitado Edmundo

es tan bello eso que usted me dice...
piedra tonta aquella que se atreva a golpear mi cabecita llena de pájaros.
No me creo merecedora de tan bellos halagos,
pero gracias.
Le lanzo un beso y le dedico esta sonrisa

:)


Estimado Angus
otra sonrisita tonta para usted
y gracias por visitarme
Eso sí, he de advertirle que las grietas las tengo en los antebrazos. Es por ahí por donde salen estas mis palabras...

un saludo a ambos
entre paréntesis


(Ana)